La capital de Portugal es una excelente puerta de entrada al país.
Con vistas impresionantes, un río que narra la historia de los Descubrimientos Portugueses y una rica gastronomía, la Ciudad de las Siete Colinas es uno de los tesoros europeos que merece ser visitado—su belleza no se puede describir con palabras. Descubre nuestro itinerario de 2 días para una estancia exprés en Lisboa:
DÍA 1
Comienza en la Plaza del Rossio, que cuenta con varias terrazas y vistas al Castillo de San Jorge. Bajo su pavimento portugués hay una rica historia, y en esta plaza se encuentra el Teatro Nacional Dona Maria II, antigua sede de la Inquisición portuguesa y ahora un importante espacio artístico con una programación diversa.
A pie o en el tranvía 28, dirígete a la Plaza de la Figueira y sube al Castillo de San Jorge, donde podrás admirar la ciudad desde otra perspectiva. Prepárate para una caminata cuesta arriba, pero al llegar disfrutarás de vistas panorámicas del río Tajo, la orilla sur y hasta la estatua de Cristo Rey en Almada. Cerca se encuentra el barrio de Alfama, uno de los más típicos y pintorescos de Lisboa, donde el Fado y la convivencia vecinal mantienen viva su esencia pasada. Es como estar en una postal.
DÍA 2
Regresa al centro y sube al Elevador de Santa Justa, que ofrece otra perspectiva única de las fantásticas vistas de Lisboa. Saldrás al barrio del Chiado, ideal para compras en tiendas tradicionales y modernas. Cerca se encuentran las ruinas históricas del Convento do Carmo, que te encantará explorar.
En esta misma área está el famoso café A Brasileira, conocido por la estatua del escritor portugués Fernando Pessoa, ¡un lugar perfecto para una foto!
Si sigues bajando, pasarás por la calle principal del centro, Rua Augusta, donde está el hermoso Arco de la Rua Augusta. Desde aquí, puedes tomar el tranvía 15 hacia Belém para probar un Pastel de Belém y explorar el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, y el Monumento a los Descubrimientos, símbolo de la epopeya marítima portuguesa.